Casi se me apaga la luz, llegué a ser el eco de una voz que un día brilló. Pero un día, renació la esperanza y la voz se volvió a escuchar, me di cuenta de que estabas ahí, gritando sin miedo que aún creías en mí. Y hoy, por ti y por mí estoy aquí con más fuerza, sin miedo, hablando a los corazones rotos que van juntando pedacitos.
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